Resiliencia en tiempos de crisis

Resiliencia en tiempos de crisis

En épocas de incertidumbre es cuando se pone a prueba nuestra resiliencia. Cuando aparece el cisne negro que alumbró el economista Nassim Nicholas Taleb, las empresas constatan si están o no preparadas para afrontar la incertidumbre que se avecina. La buena noticia es que está en tu propia mano despejar buena parte de ese futuro incierto y eso, inevitablemente, pasa por la digitalización.

En situaciones imprevistas es cuando la digitalización más pone en valor su utilidad. No se trata solo de tener controlado el riesgo, entendiendo por éste el efectivo y el flujo de efectivo –como vimos en artículos anteriores– sino de proteger a nuestros propios empleados y de extender este control a la cadena de suministro, porque ello impactará de manera muy significativa en toda la organización. A fin de cuentas, hablamos de un efecto de onda expansiva, puesto que perder la monitorización de la ecuación demanda-inventario termina afectando en un desabastecimiento del canal de distribución.

Sin visibilidad, no habrá transformación

Visibilidad. Esa es una de las palabras clave que ha de acompañar a cualquier estrategia de transformación digital, porque esa panorámica de los procesos de negocio es la que nos permite identificar, incluso con anticipación, los puntos de falla en nuestra cadena de valor. Para ello, abandonar el papel, restringiendo su uso al almacenamiento que el cumplimiento normativo obliga, es un primer paso.

Disponer únicamente de nuestra información en archivadores desbordados de copias en papel, de albaranes, embarques y facturas ralentizará nuestra capacidad de reacción. Más aún cuando por circunstancias ajenas a nuestra voluntad, ni siquiera es posible acceder físicamente a dichos archivos. En estos casos, la digitalización ya no es solo una cuestión de reducción de costes y agilidad, sino que puede salvar nuestra cadena de suministro y se convierte en un auténtico habilitador de negocio. Es imperativo poder acceder a la información crítica desde cualquier lugar, en cualquier momento. Atados al papel, ¿cómo saber cuánto inventario se necesita y en qué localizaciones? ¿Cómo replanificar las redes de proveedores para aprovecharlas mejor?

En este punto, no podemos obviar, claro está, que esta digitalización de las empresas ha de venir avalada por un contexto legislativo a la altura, algo, por otro lado, de lo que disfrutamos en Europa.

Automatización e Inteligencia Artificial

Algunas consultoras especializadas como IDC ya han propuesto algunas acciones que habrían de ser tenidas muy en cuenta. Entre ellas subraya la visibilidad de todo el stock extremo a extremo, es decir, que la compañía sea capaz de determinar diligentemente el estado de su inventario en tiendas, almacenes, etc., unificando la información procedentes de todos los canales de manera centralizada.

La aplicación de analíticas y de Inteligencia Artificial (IA) se antoja también esencial, porque ello permitirá anticiparnos a las exigencias del mercado o, en algunos casos, a nuestras propias carencias. La planificación ad hoc, dinámica y en tiempo real permite una reacción flexible ante situaciones cambiantes de demanda u oferta.

Marcada esa hoja de ruta, que en todo momento ha de estar pendiente de supervisión dado el entorno volátil, resulta también muy útil recurrir a la automatización de procesos de flujos de trabajo que nos descarguen de tareas repetitivas que consumen un tiempo precioso para gestionar la crisis.

Agilidad y resiliencia

Además de la agilidad que trae consigo esta digitalización y automatización, se reducen errores, por ejemplo, en la introducción en el sistema de datos maestros de información como los tiempos de entrega de proveedores. A menudo, cuando éstos han de introducirse en el sistema de manera manual, terminan por quedar desactualizados ofreciéndonos, en consecuencia, un dibujo falaz de la realidad.

Estar preparados para escenarios de crisis resulta mucho más sencillo que en el pasado. La tecnología lo ha hecho posible y propuestas como las de Esker, con su plataforma cloud, basada en tecnologías IA y RPA (Robotic Process Automation), es una prueba de ello. De una manera sencilla y transparente, las organizaciones pueden dotarse de la visibilidad y agilidad necesarias para desenvolverse con soltura en los peores escenarios de incertidumbre, alcanzando esa resiliencia.

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