Factura electrónica, ¿un acto de fe?

No es porque estemos en vísperas de Semana Santa, ni porque con esta sugerente imagen queramos evocar el estado en que se encuentra la implantación de la factura electrónica en España. Pero algo de via crucis sí que está resultando para algunos el camino andado desde el 15 de enero, fecha en la que entraba en vigor la obligatoriedad de facturar electrónicamente a la Administración. Añadamos a ello que esta semana, en el marco de una jornada organizada por Socinfo, escuchábamos decir a un responsable de una universidad pública que, a día de hoy, es “un acto de fe” validar las e-facturas que reciben de los proveedores, a causa de la falta de visibilidad que sufren por no coincidir la información entre lo que se envía y lo que se recibe.

Desde aquel 15 de enero no volvíamos a tratar este importante tema en esta página, aunque sí hemos seguido informando desde nuestro centro de noticias facturae. Ya por entonces ilustrábamos cierta confusión e incertidumbre. Dos meses y medio después, el balance que podemos hacer no puede ser mucho más clarificador.

Si nos atenemos a la información que viene aportando el Ministerio de Hacienda sobre el avance de la cuestión, tenemos que a estas alturas de marzo se han adherido algo más de 12.000 entidades locales a FACe, el punto general de entrada para facturas electrónicas que ofrece la Administración Central. Esto significaría algo más del 90% de todas las que hay en España entre ayuntamientos, diputaciones, etc. Pero profundizando en la información de que disponemos, nos encontramos con que:

  • De esas 12.000 entidades locales adheridas a FACe, sólo 5.608 están realmente en producción. El resto únicamente ha formalizado el acuerdo.
  • De las que están en producción, muchas –sin poder cuantificarlas- tan sólo están ofreciendo el punto de recepción para las facturas, pero no tienen todavía operativas las unidades gestoras, tramitadoras y contables (identificables mediante los códigos dir3), luego realmente no están en condiciones de gestionarlas, y en definitiva pagarlas.
  • Carecemos información de otros organismos y entidades, como por ejemplos los hospitales públicos.

Por otro lado, ya hemos venido reflejando el problema que existe respecto a la homogenización de sistemas para enviar las facturas electrónicas. Aunque FACe sea el más extendido, muchos ayuntamientos y comunidades autónomos han creado el suyo propio. En ocasiones conviven y en otros no. Pero siempre es un problema para los proveedores tener que aprender y familiarizarse con las distintas plataformas. A modo de parche, se están ofreciendo hubs que ofrecen conexión a los distintos sistemas, a través de servicios web. Aún así, hay entidades que ni siquiera están ofreciendo esos web services, de modo que resulta imposible conectarlas.

Y, como hemos mencionado en el primer párrafo a cuenta del acto de fe, se está poniendo de manifiesto un importante desafío con la visibilidad de las facturas en el formato Facturae, la variante de XML que ha sido adoptada por la Agencia Tributaria, y el que funciona para el punto de entrada FACe. En concreto, no coinciden los campos, y lo que envía el proveedor no coincide con lo que lee el funcionario. En muchos casos, la cuestión se dilucida por teléfono; en otros, directamente se rechaza la factura; ante el problema, algunos proveedores están optando por volver a enviarla en papel, y lógicamente se les vuelve a rechazar.

Otros problemas que los proveedores y sus clientes de la administración están experimentado, sólo mencionados, son:

  • FACe no admite las facturas en lote, de manera que se le deben enviar una a una. Y cuando son masivas, es un contratiempo serio.
  • Se están produciendo problemas con las facturas rectificativas.
  • Se manifiestan quejas relativas al soporte técnico.

El resultado es un gran volumen de facturas rechazadas. Durante la citada jornada de Socinfo, pudimos saber, por ejemplo, que la Intervención General del Estado ha devuelto el 57% de las 30.000 facturas que ha recibido; o que el Canal de Isabel II, dependiente del Ayuntamiento de Madrid, acaba de rechazar 8.000 facturas de golpe. Y un dato, aunque ya es tarde: alguna de las entidades locales que manifiestan estar gestionando a satisfacción las facturas electrónicas, como el Ayuntamiento de Málaga, explica que durante 2014 realizó un intenso trabajo previo con sus proveedores.

Sí, ahora puede ser tarde… pero mejor que nunca. Ya sabéis que en Esker somos firmes valedores de la factura electrónica. Estamos convencidos de que esta transición, por dura que esté siendo, dará lugar a una operativa empresarial más eficiente, más transparente y en definitiva más rentable en tiempo y costes. Y no sólo para facturar a la Administración, sino también entre empresas, algo que en 2017 será una realidad. Hemos trabajado mucho y recabado mucha información para que nuestra tecnología y nuestros servicios estén preparados para dar respuesta a todos los desafíos que se planteen. Y, desde luego, una de nuestras misiones es seguir informado y ayudando.

Y en fin, que las torrijas no sean más que para disfrutarlas en Semana Santa. Felices vacaciones…

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