Conversaciones con Santiago Niño (I): la crisis como acelerador

Estrenamos hoy una serie que tiene como protagonista a Santiago Niño Becerra. Economista, escritor y catedrático de Estructura Económica, es conocido, entre otras cosas, por ser uno de los pocos expertos que predijo la crisis de 2007. En estas conversaciones con Jesús Midón, director general de Esker Ibérica, nos invita a desentrañar algunas de las claves de este tiempo cambiante que vivimos.

En este primer episodio, Jesús empieza preguntando a Santiago por su último libro, ‘Capitalismo (1679-2065)’, en el que aborda el nacimiento, auge y caída del modelo económico que ha venido funcionando: en ese proceso, ¿cómo cabría interpretar el momento actual, determinado además por la pandemia y los cambios que está desencadenando? ¿Se puede decir que se están acelerando los cambios que ya se anunciaban?

Para Santiago, esta pandemia se encuadra en un proceso de crisis estructural que comenzó en 2007. De modo parecido a como sucedió en los años 30 del siglo XX -el famoso ‘desastre del 29’-, sobreviene por el agotamiento del modelo económico que estaba vigente. Así se generan las crisis. Lo característico de la actual es, precisamente, la aparición de la pandemia. Y ciertamente, sus efectos están actuando como un acelerador –“de turbo”, dice textualmente- para cosas que no son nuevas, que ya estaban ahí. Hubieran llegado igual, pero lo han hecho antes, en torno a cinco o siete años, según citan algunos expertos.

Dos son fundamentalmente, según Niño, los ámbitos en los que esa aceleración se ha hecho más patente. Por un lado, la concentración de capital con sus derivaciones, en términos de riqueza o renta; por otro, la eclosión de la tecnología. Sin dejar de tener en cuenta, lógicamente, otros aspectos que se han transformado, como las relaciones sociales, los hábitos de movilidad, consumo…

Desde el punto de vista de la tecnología, esta situación inédita ha servido para que nos demos cuenta de que podemos hacer cosas que ya sabíamos que podíamos. Pero ahora la necesidad nos ha hecho más conscientes. Por ejemplo, el teletrabajo. En los años 90 trabajaban en torno al 5% de los profesionales, y ahora hay sectores de actividad en los que lo hacen el 45% -incluso después de la obligatoriedad que imponían las restricciones. Ello ha sido posible por la tecnología, pero de manera determinante, por la necesidad. Y hablamos del teletrabajo, pero también podríamos referirnos a la nube, las aplicaciones colaborativas, de videoconferencia, etc.

Por otro lado, nos lleva Santiago a considerar sectores que se han visto claramente perjudicados, como aquellos vinculados a la movilidad, la aglomeración o las reuniones, fundamentalmente el comercio o la hostelería. Pero también están los sectores que han salido claramente beneficiados de esta crisis, y son precisamente los que de forma directa e indirecta trabajan con la tecnología. Si había alguna duda o alguna reticencia respecto a ella, han desaparecido. Han cambiado la confianza, la fiabilidad…

Pero mejor, te dejamos con el vídeo de la conversación. Continuaremos…