No es oro, es agua y la necesitamos

El verano ha dejado de ser un período prácticamente sin noticias, y no hay más que echar un vistazo a la actualidad que nos rodea. Y entre la vorágine, algunas siguen pasando casi inadvertidas. En estas semanas hemos conocido una de la que muy poco se ha hablado y sin embargo es para preocuparnos seriamente: el encarecimiento del agua. Como muy bien recoge Diario Ecología en este artículo, el S&P Global Water Index, que mide el precio de nuestro líquido elemento, ha subido en los últimos diez años hasta situarse por encima de la energía y el oro. Quizás éramos conscientes de que se trataba de un bien cada vez más escaso, pero quizás no tanto.

El artículo nos da una buena muestra de pistas para darnos cuenta del problema. Sólo el 2,5% del agua que hay en la Tierra es dulce, y no toda es potable. El Foro Económico Mundial lo ha considerado el tercer riesgo global de la Humanidad. Y según la ONU, hay en estos momentos más de 780 millones de personas que no tienen acceso a agua potable, especialmente en África.

Si embargo, y en realidad por el mismo motivo, el agua se ha convertido en un valor al alza con el que se especula. Un negocio que lucra a una serie de empresas e inversores. Que más que como un derecho para todas las personas, la ven como un irrenunciable medio para enriquecerse.

Además, la falta de este recurso la convierte en una importante fuente de conflictos. Si se carece de un medio imprescindible para vivir, no nos debe extrañar que gentes, pueblos y países luchen encarnizadamente por él.

En Esker apostamos decididamente por un planeta sostenible y justo para todos. Trabajamos para fomentar entornos de trabajo saludables, que reduzcan el impacto medioambiental de las empresas a través de la reducción o eliminación del uso del papel. Nuestros programas tienen por objeto colaborar en proyectos relacionados con la mejora de nuestro entorno. Pero sin agua no somos nada. Y dentro de nuestra misión, también nos sentimos obligados a dar visibilidad a noticias como esta.

No es oro, es agua. Y la necesitamos.

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