Compartir la entrada "España y Portugal, servicios y oportunidades compartidas"
Las personas vuelven a ser fundamentales dentro de las organizaciones. Tras años de políticas de outsourcing, la tendencia “sacar al trabajo fuera” se está invirtiendo, y cada vez más empresas están acometiendo proyectos de internalización para recuperar el talento que habían dejado ir. En el marco de esas estrategias, los Centros de Servicios Compartidos vuelven con más fuerza que nunca.
Estas unidades de negocio vienen a centralizar determinadas funciones y operaciones de la empresa, generando sinergias y economías de escala. Se reducen así costes a la vez que se unifican y racionalizan esfuerzos. Se aligera el peso de las organizaciones, pero al tiempo se genera más valor. Porque en vez de externalizar personas, lo que se externaliza es la tecnología, en gran parte gracias a los servicios en la nube.
En este escenario, países como España y Portugal, muy atractivos para la creación de estos centros, se ven ante una gran oportunidad. Cuentan con una rotación de empleados inferior a la media europea y con personal cualificado. Con una importante cultura de servicio y con las infraestructuras necesarias, a costes más que asequibles para la mayoría de las multinacionales americanas y europeas.
Ejemplos tenemos que lo demuestran. En España podemos citar casos como el de Arinso, que trasladó su centro de servicios compartidos a Granada a fin de conseguir la estabilidad de personal necesaria para su correcto funcionamiento. O compañías del sector de las telecomunicaciones, como Telefónica u Orange, que están optando por internalizar servicios y operaciones, después de largos años de apuesta por el outsourcing. La petrolera Cepsa, por su parte, ha optado por esta fórmula, que le resulta vital para vertebrar una organización internacional que a su vez trabaja en diferentes áreas.
En Portugal, por su parte, podemos citar los ejemplos de grandes multinacionales como Adidas, Cisco, IBM o Siemens, que han inaugurado centros tecnológicos y han reforzado sus inversiones en los que ya tenían en funcionamiento.
Por nuestra parte, podemos referir varios casos de clientes en la Península Ibérica, como Dupont Ibérica, que cuenta con un centro de servicios compartidos en Asturias, Daimler Group que lo tiene en Madrid, y Siemens en Amadora, cerca de Lisboa.
El conocimiento mutualizado entre distintos países, centrado en España y Portugal, permite aprovechar en conjunto las tecnologías y obtener claros ahorros de costes. Procesos como la gestión de las facturas de proveedores o los pedidos de clientes son fácilmente adaptables a estas estructuras, con mínimos costes al utilizar tecnologías en la nube para ayudar a los operadores a una gestión eficiente.
En definitiva, en Esker creemos que puede ser un buen momento para crear verdadero valor para las empresas y a la vez para la economía de estos países. Si la tendencia se consolida, tanto Portugal como España pueden aprovecharla, favoreciendo la creación de estas unidades de negocio en nuestro territorio, que a su vez impulsarán la competitividad. Y en este partido, todos saldremos ganando.

Esker ayuda a las empresas a eliminar el papel de la gestión y del intercambio manual de documentos en los ciclos Order-to-Cash (ciclo de venta) y Procure-to-Pay (ciclo de compra). Por muy complejo que sea su entorno técnico o retos se presenten, los resultados con Esker siempre serán inmediatos: reducción de costes, empleados más felices y una mejor experiencia de cliente.