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Conversaciones con Santiago Niño (2): tecnología, productividad y nuevas capacidades

02/02/2022
Enrique de Pablo

Traemos la segunda entrega de nuestras conversaciones con Santiago Niño Becerra. En el episodio anterior hablábamos de los cambios de modelo económico y de cómo el virus ha acelerado los que se nos anunciaban. Una de las manifestaciones más patentes de esa aceleración ha sido la inmersión en la tecnología: el teletrabajo, la nube, la colaboración… y muy concretamente, la transformación digital de los procesos. Pero en este punto, plantea Jesús Midón, hay empresas que no lo ven tan claro. Que lo perciben como una amenaza y se afanan en proteger las formas de trabajar tradicionales.

Santiago Niño, que a lo largo de sus trabajos ha abordado la evolución continua de la sociedad y de los sistemas de organización, lo ve desde un doble plano:

Por un lado, en un nivel puramente técnico, la tecnología provee una serie de herramientas que aportan productividad. Quien no las utilice, estará en desventaja. Sostiene nuestro invitado que, hace 30 o 40 años, una empresa podía decir ‘no’ a una determinada tecnología. Hoy no puede hacerlo. Si esa tecnología ha demostrado en términos cuantitativos que sirve para incrementar la productividad, al renegar de ella, perderá competitividad en el momento que otra empresa sí la adopte. Entendida la competitividad como hacer el trabajo más eficiente y en menos tiempo.

En un segundo nivel, Santiago Niño Becerra se refiere a la capacidad de la tecnología para descubrir capacidades. En un proceso de organización, una serie de personas pueden verse desplazadas por una mera cuestión de eficiencia. Pero, al mismo tiempo, pueden desarrollar nuevas capacidades que antes eran desconocidas. Y que pueden ser útiles no solo en la empresa, sino en otras, o en otras organizaciones de un grupo empresarial.

Pero esas capacidades ya no implican un título. Hasta hace años, el título se valoraba absolutamente, marcaba una diferencia entre quien lo tenía respecto a quien no. Esto está cambiando. Cada vez se da más importancia a saber hacer algo, con independencia de dónde se ha aprendido. Pone Santiago Niño el ejemplo de Tesla, que para una convocatoria a programadores especificó que no requería título a los candidatos. Y el de la Unión Europea, que tampoco lo pide, sino simplemente personas que sean capaces de realizar una serie de tareas.

En definitiva, concluye que no se debe cerrar la puerta a ninguna tecnología que sepamos que nos va a ser útil. Hasta las personas que puedan creerse afectadas, a medio plazo pueden verse beneficiadas.

Puedes ver la conversación completa entre Santiago Niño Becerra y Jesús Midón sobre tecnología y resiliencia empresarial aquí:

 

Author Bio

Enrique de Pablo Domingo

Periodista, asesor de Comunicación, juntaletras (por no llamarse escritor). Inesperado testigo del devenir tecnológico hace 30 años, y desde entonces, apasionado seguidor del sector más dinámico y que más contribuye a cambiar el mundo. Inquieto, observador, atento a la realidad cambiante y a las creaciones que nos hacen mirar diferente. En búsqueda constante y, por deformación personal y profesional, propenso al humor, al disfrute y a aprender toda la vida.

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