Contabilidad electrónica y factura electrónica, ¿caminos paralelos o distantes?

Los cambios de los que venimos hablando estos días en relación con la gestión del IVA nos traen un nuevo concepto, el de la Contabilidad Electrónica. En efecto, los antiguos libros de registro físicos pasarán a mejor vida, y empezarán a llevarse desde la sede electrónica de la Agencia Tributaria. No en vano, hablamos de un modelo de gestión que lleva vigente 30 años –tantos como el impuesto en sí- y ya es hora de modernizarlo y automatizarlo. Curiosamente, no se atisba en otros países ni consta directiva europea que impulse este salto cualitativo y tecnológico. Sin embargo, en algo parece que seremos los primeros, en España se anunció hace un año, y ya tenemos un Real Decreto que fija para enero de 2017 la entrada en vigor del Suministro Inmediato de Información (SII), obligatorio para empresas que facturen más de 6 millones de euros y recomendado para las demás.

Parecería, por otro lado, una evolución natural pasar de hablar de factura electrónica a hacerlo de contabilidad electrónica. Sin embargo, es eso lo que no parece estar tan claro. Los responsables de Hacienda han salido estos días a explicarnos los beneficios del nuevo sistema para las empresas y para el propio sistema recaudador. Pero cuando se les pregunta cómo se integrará o complementará el SII con FACe –el sistema dispuesto por el Gobierno para emitir e-facturas a la Administración, no es que se encojan de hombros. Es que nos dicen que tiene nada que ver, que esto no es facturación electrónica.

Que sepamos hasta ahora, la función de gestionar las facturas recibidas y emitidas por una empresa corresponde a los equipos y departamentos de contabilidad. Por lo tanto, si hablamos de contabilidad electrónica, parece lo lógico pensar que este concepto englobe el de facturación electrónica. Por otro lado, gracias a FACe, la Administración ya tiene información sobre las facturas que se han emitido al sector público, que representan una buena parte del total. Entonces, ¿se va a desaprovechar esa información? ¿Van a tener que aprender las empresas dos sistemas informáticos diferentes, uno para facturar electrónicamente y otro para dar cuenta del IVA soportado en esas facturas?

En Esker seguiremos informándonos, y con lo que sepamos, seguiremos informando.

Deja una respuesta